Ejercicio de confinamiento nº 10.  Susana en el baño (Tintoretto)
Ejercicio de confinamiento nº 10. Susana en el baño (Tintoretto), 2020
Sobre la obra de Jacopo Robusti Tintoretto "Susana en el baño" (1557), óleo sobre lienzo,146,6x193,6 cm. Kunsthistorischen Museum. Viena
Acuarela sobre papel.
30 cm. x 40 cm.

Esta historia se atribuye al Antiguo Testamento, aunque parece ser que tiene varios orígenes. El relato más conocido es el que cuenta cómo Susana, casada con un rico judío, recibió proposiciones deshonestas de dos ancianos que habían sido nombrados jueces, al ser rechazados por Susana la extorsionaron amenazándola con acusarla de adulterio con algún joven. Pero Susana prefirió caer en falsa acusación de adulterio que en el pecado de adulterio. Entonces fue llevada a juicio con el falso testimonio de los dos viejos jueces y condenada a ser lapidada. Ocurrió que camino al lugar de la lapidación el profeta Daniel, que por entonces era solo un joven, increpó a la comitiva por decidir una pena tan grave sin contrastar las declaraciones de los testigos por separado. El juicio se repitió y se comprobó que los ancianos mentían pues sus testimonio eran diferentes, así que Susana fue absuelta y los dos ancianos lapidados.

Este pasaje ha inspirado a numerosos artistas, especialmente durante el Manierismo y el Barroco pues proporcionaba una excusa para representar el desnudo femenino, imposible en los temas religiosos. Tintoretto representa aquí un momento anterior al desarrollo de la historia, cuando los dos ancianos espían a Susana, como buenos “voyeurs”, en una escena erótica algo cómica, por el viejo que observa a Susana tirado en el suelo. La iluminación de la escena resalta la fantástica anatomía de Susana de la que difícilmente puede apartarse la mirada, a pesar de que las líneas de fuga del espejo y del panel de rosas dirijan la vista hacia adentro del cuadro.

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