En la literatura antigua se considera que el Paraíso estaba surcado por cuatro ríos, el Nilo que era de miel y corría hacia el oriente, el Eúfrates de leche y corría hacia el oeste, el Tigris era de agua y se dirigía hacia el norte, y el Amu-Darya era de vino y corría hacia el sur.
Rubens en esta obra recoge esa tradición pero hace una nueva interpretación creando esta alegoría en que los ríos son hombres con una anatomía poderosa y las mujeres los continentes que esos ríos surcan. Así representa a las cuatro grandes corrientes del mundo de esa ópoca, versus Paraíso, el Nilo está de espaldas y abraza a África, a su izquierda Europa abraza al Danubio, en el centro el Río de la Plata se apoya en América, y a la derecha Ásia se recuesta en el Ganges. En el borde inferior Ruben representa algunos querubines, un cocodrilo y un tigre que amamanta unos cachorrillos.