En esta excursión vamos a recorrer una parte de la Ruta de la Pedrera y recorrer los caminos que nos llevan a conocer las antiguas canteras de donde se proveían los constructores de casas e iglesias de Jumilla, visitar las pinturas rupestres y petroglifos que se encuentran en la zona y caminar entre las antiquísimas "carriladas" al tiempo que observamos el horizonte y ponemos nombre a las montañas que dibujan la "sky line" situándonos por una suerte de extrapolación en medio del mapa del territorio por el que circulamos. Las fotografías están ordenadas conforme se realizaron, de forma que muestran un recorrido visual a la vez que temporal de la excursión.

Salimos de Jumilla en dirección a Ontur.

Vemos a nuestra izquierda una cantera explotada en la actualidad en la Loma de la Escarabaja.

Antes de pasar la casa de Las Puntillas encontramos el cartel indicativo de la Ruta de la Pedrera; nos salimos de la carretera hacia la izquierda por un camino de tierra.

Seguimos circulando por campos de viñedos hasta que vemos a nuestra derecha la primera cantera abandonada. Dejamos los coches y nos adentramos hacia la cantera. A sus pies se encuentran las ruinas de una casa que debió estar habitada por agricultores y abandonarse a principios del siglo 20, como tantas otras que dan a nuestro paisaje rural un aspecto más que de decadencia de desastre, como si hubiera pasado un bombardero arrasándolo todo, dejando solamente en pie un magnífico pino que dulcifica el paisaje.

Volvemos sobre nuestros pies y continuamos en coche por el camino al pie de la solana de la Sierra de la Pedrera hasta avistar tras una de las lomas, a nuestra derecha la Antigua Cantera de Santiago o cantera número 2.

Desde el camino produce una extraña sensación de miniatura. Dejamos los coches y cruzando las viñas llegamos a la cantera que vista de cerca comprobamos que no es tan pequeña, aunque al compararla con la actualmente en funcionamiento en la Loma de la Escarabaja nos recorre un escalofrío producido por la certeza de la sobrexplotación que sufren nuestros recursos naturales.

Esta cantera abandonada fue explotada durante los siglos XV y XVI, utilizándose sus bloques en la edificación de la Iglesia de Santiago en Jumilla.

En el cartel informativo de Turismo que se encuentra más adelante, con gran dificultad debido a su deterioro, leemos que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1999, y:

"Las rocas biocalcareniticas se han utilizado desde tiempo inmemorial en todo tipo de construcciones y en la actualidad se usan también como piedra ornamental.

La extracción del material se hacía por encargo, por lo que sólo se sustraía la piedra necesaria para cada ocasión. Los bloques de piedrase cortaban a base de pico y cuñas, cuyas improntas podemos ver en las paredes de los frentes de las canteras, e incluso se observan en otros lugares de la sierra bloques marcados y sin extraer.

Cada familia de canteros tenía su propio sello identificativo, la denominada "marca de cantero" que utilizaba tanto en la propia cantera como en los bloques que tallaba a pie de obra. El transporte de los bloques, tanto en bruto como terminados, se hacía en pesadas carretas, cuyas rodadas han quedado marcadas en las propias rocas biocalcarenitas, que podemos observar en esta misma ruta, camino arriba."

Estas marcas de cantero pueden todavía verse en algunos bloques de la fachada sur de la Iglesia de Santiago, al pie de las escaleras.

Subimos unos cuantos metros por el monte para acercarnos al pie mismo de la cantera donde pudimos ver algunas marcas de cantero y las de "contabilidad", como la de la fotografía en la que se aprecian diez líneas verticales cruzadas por otra oblicua, todas muy deterioradas por las inclemencias del tiempo y cubiertas de musgo.

Dejamos atrás esta cantera cuya forma nos recuerda en pequeñito una pirámide, un templo budista, o los primeros bocetos de Gaudí de la Sagrada Familia incluso de sus actuales torres.

Cruzamos las viñas y tomamos de nuevo el coche unos cuantos metros hasta la señal que indica que hay que seguir caminando para continuar la ruta.

Bajando por la senda que el Ayuntamiento acondicionó en su día, aunque actualmente está muy deteriorada, "aterrizamos" en un paraje agreste, lleno de pinos a un lado y otro en pleno "Camino histórico de la Pedrera" o "Antiguo camino de Ontur", que constituye un paso natural para atravesar la Sierra de la Pedrera, uniendo el Altiplano con la meseta manchega, y cuya visión sorprende por los profundos surcos excavados en la roca cuya profundidad hace difícil el paso. En el cartel de Turismo se cuenta que es un Bien de Interés Cultural desde 1985, y también que se utilizó desde el siglo XV al XIX para transportar esparto y piedra de las canteras próximas en carros de caballerías cuyas pesadas cargas fueron marcando el terreno, constituyendo las "carriladas" cada vez mas erosionadas por el paso de la lluvia en esa piedra arenisca.

Aunque los carteles indiquen que este camino se utilizaba a partir de siglo XV parece que su uso viene desde la prehistoria, pues en la ladera sur se encuentran manifestaciones que testimonian que fue transitado desde tiempo inmemorial.

Al inicio del camino a la derecha encontramos la cantera mas antigua de la sierra, en la que se puede observar algún fósil marino engarzado en la roca, uno de ellos protegido por un cristal.

Un poco más adelante, también orientado al sur, en un desnivel de unos cuatro metros de muy difícil acceso, vemos un pequeño abrigo rocoso o cueva en la que se descubrieron en 1998 pinturas rupestres de estilo esquemático que se fechan entre el Neolítico y la Edad del Bronce(V y II milenio a.C.).

Seguimos un poco más hacia Ontur y también a mano derecha, sobre una pequeña loma rocosa se encuentran los petroglifos o "cazoletas" como son llamadas popularmente. Se trata de una red de canales y cazoletas talladas en la roca.

Su funcionalidad es incierta, algunos expertos los datan como realizados en la Edad de Piedra con fines mágicos, rituales o astrológicos; otros consideran que es un sistema mucho más moderno de recoger agua de lluvia para el ganado, pues cuando llueve el agua transcurre por los canales hasta decantarse en la cazolera más grande.

Sea lo que fuere, el caso es que situándose allí, contemplando el paisaje y el horizonte, uno tiene la certeza de estar en un enclave mágico, participando de la misma admiración que otros seres humanos han sentido en ese lugar a lo largo del transcurrir del tiempo. Cayetano Herrero, Director del Museo Municipal Etnográfico Jerónimo Molina, publicó en el año 2004 el "Primer catálogo de los petroglifos del término de Jumilla" en el número 15 de la revista de divulgación natural "Juncellus" y actualmente está inmerso en la localización, estudio y catalogación de todos los yacimientos de petroglifos del término municipal de Jumilla.

Bajamos de las "cazoletas" dando traspiés a riesgo de despeñarnos, y ya en el camino volvemos caminando entre las carriladas al punto donde dejamos el coche.

Y viendo el paisaje destelleante por el reflejo de los plásticos de los cultivos intensivos nos dirigimos a Jumilla terminando nuestra fantástica excursión.