Cielos divinos
En el Renacimiento el arte se vuelve más naturalista buscando reproducir una experiencia visual y los cielos dejan de ser representados como una superficie abstracta, adquieren materialidad y se muestran habitados por seres celestiales de apariencia no muy diferente a la humana, apoyados en las nubes como si éstas fueran suelo sólido de ese espacio espiritual o místico.