En un reino muy antiguo había un rey que le gustaban muchísimo los caballos. Tenía una cuadra de yeguas famosas en toda Grecia. Cuando se hacían las fiestas en honor de la diosa Afrodita, Glauco, que así se llamaba el rey, no quería que sus yeguas participaran en la fiesta para que no fuesen montadas por caballos que su criador llamado Belero y él mismo no hubieran escogido. Decía que él y Belero se manejaban mejor en el asunto de la cría de caballos que la mismísima Afrodita. Eso era una gran ofensa para la diosa Afrodita, protectora de la reproducción y del amor. La diosa se enfadó cuando se enteró y llena de ira decidió castigar a ese rey impío. Glauco tenía un hijo llamado Ífono, un muchacho ingenuo y soñador cuya mayor pasión también eran los caballos. Pasaba horas mirando al cielo imaginándose conduciendo a Pegaso, el caballo alado que surgió de Medusa cuando Perseo le cortó la cabeza. Su héroe era Perseo y domar y montar a Pegaso la ilusión de su vida. Un día en que se celebraba una carrera de caballos, Ífono vio a Pegaso volando por el cielo, -"Esta es mi oportunidad"- pensó. Y ató una cuerda a una flecha y la lanzó dándole la dirección adecuada para apresar al caballo sin herirlo. Pero no era Pegaso, era una nube a la que Afrodita dio forma de caballo para engañar a Ífono. La flecha dirigida por Afrodita fue haciendo eses y finalmente se clavo en el pecho de Belero, el genial criador de caballos al servicio de su padre, muriendo en el acto. Los caballos que estaban saliendo para participar en la carrera se asustaron y salieron despavoridos, arrollando al rey Glauco que también murió. Los asistentes vieron que la fecha que había matado a Belero tenía una cuerda atada, la siguieron y llegaron hasta Ífono que no se lo podía creer pues él había disparado en otra dirección. Pero tuvo que aceptar que era su flecha. Desde entonces se le conoce como Belerofonte, que viene a significar más o menos "el que mató a Belero". El caso es que tuvo que exiliarse pues todos le hicieron responsable de lo que había ocurrido y pensaban que era "gafe". Belerofonte se marchó y llegó a otra ciudad donde fue recibido como huésped por el rey Preto. Un joven tan apuesto le hizo tilín a la reina, pero no sabía como seducirlo porque era muy cándido. Pasaban muchas horas hablando y Belerofonte le contaba que su mayor deseo era montar a Pegaso. Eso le dio una idea a la reina. Un día le dijo a Belerofonte -"He rezado a la diosa Afrodita para que perdone la ofensa que le hizo tu padre y que te ayude a encontrar y domar a Pegaso. Me ha dicho que esta noche duermas en el patio, ella vendrá a visitarte cuando estés acostado y si haces todo lo que ella te diga montarás a Pegaso"- Belerofonte estaba contentísimo, esa noche se acostó en el patio siguiendo las instrucciones de la reina y a media noche notó que alguien se acostaba a su lado, abrió los ojos pero no vio a Afrodita, sino a la esposa del dueño de la casa, entonces la apartó de su lado porque no quería traicionar la hospitalidad de Preto. Al día siguiente a reina despechada fue a ver a su marido y le dijo que Belerofonte la había querido violar. Preto no sabía que hacer pues el muchacho era su invitado y no podía hacerle daño. Entonces decidió enviarlo a ver a su suegro Yóbates, rey en otro territorio, y entregarle una carta. En esa carta escribió "Mata al portador de esta carta". Belerofonte cogió la carta encantado con la misión pues ya estaba un poco aburrido. Belerofonte entregó la carta y Yóbates no la abrió porque en una corte tan aburrida como la suya lo que pudiera contar un nuevo visitante eramucho más excitante que la misiva que le había mandado su hermano, y pospuso el leerla para otro día.... Y mañana continuaré la historia.
En cuanto a la obra de Andréyevich representa a Yobates, Belerofonte, Pegaso y Atenea que supervisa la escena. Es una obra de estilo neoclásico, estática, muy alejada de las composiciones tan dinámicas del barroco. Mañana seguiré.