Nos quedamos en que Edipo venció a la esfinge pues al contestar correctamente a su adivinanza le dio un paparajote, un patatús, y se murió. También conté que sin saberlo había matado en una pelea a su padre natural, Layo rey de Tebas, cumpliéndose así la mitad de la profecía, esto es, que mataría a su padre y se casaría con su madre, a la segunda parte todavía no hemos llegado. Bueno, pues Edipo entró en la ciudad de Tebas como un triunfador entre los hurras de los ciudadanos agradecidos por librarles de la Esfinge. Entonces el rey en funciones desde que había muerto Layo, siguiendo la voluntad de la ciudadanía, pidió a Edipo que reinara en Tebas casándose con la viuda reina consorte, Yocasta. Edipo pensó, que por fin había encontrado una misión en su vida y aceptó la oferta del pueblo de Tebas, casándose con Yocasta, su madre, aunque él no lo sabía. Cumpliéndose así la segunda parte de la profecía. Pero no acaba aquí la cosa. Edipo reinaba con justicia y magnanimidad y era incluso feliz con Yocasta y tuvieron cuatro hijos, pero la peste se apoderó de la ciudad llevándose la vida de muchos ciudadanos. –¿Qué hemos hecho, qué agravio hemos cometido que los dioses nos castigan así?-exclamaban los tebanos. Y decidieron ir al oráculo de Delfos a preguntar a la Pitia cómo podían erradicar la peste. –“Expulsar al asesino de vuestro rey Layo y la peste dejará la ciudad”- Edipo, intuía que él había matado a Layo en el viaje hacia Tebas, antes de enfrentarse a la Esfinge, pero no estaba seguro y como buen rey se dedicó afanosamente a buscar al culpable hasta que consiguió dar con el pastor que le recogió de niño en el bosque y le llevó a Corinto donde el rey le adoptó y lo crió como su hijo. Pero –"¿Cómo estar seguros de quién es ahora ese niño después de tantos años?- le preguntó al pastor. –“El bebé que yo recogí y llevé al rey de Corinto tenia ambos pies atravesados y ensartados con un cordel, aunque ahora sea adulto tiene que tener las cicatrices”- Edipo al comprender que la profecía se había cumplido, horrorizado se clavó unos alfileres en los ojos, quitándose la vista, y Yocasta al saber que Edipo era su primer hijo no quiso ser menos y se ahorcó en una viga del palacio. Tremendo! Pero ahí no acaba la cosa. Edipo pobre y ciego abandonó la ciudad donde había reinado con Antígona su hija, que también era su hermana. Mientras deambulaban pidiendo limosna una sentencia del oráculo había dicho –“La ciudad donde muera Edipo tendrá suerte eternamente”- y sus hijos que reinaban en Tebas quisieron que volviera pero murió en Atenas, origen de nuestra cultura, dejando huérfana a Antígona, la pobre también con un destino trágico. Pero esa es otra historia.
Mi ilustración de hoy es una versión irreverente y divertida de la obra de Fabre.