Ejercicio de confinamiento nº 3. Venus y Adonis (Rubens)
Ejercicio de confinamiento nº 3. Venus y Adonis (Rubens), 2020
Sobre la obra de P.P. Rubens, Venus y Adonis (1630), óleo sobre tela, 197,5x242,9 cm. Metropolitan Museum of Art, New York.
Acuarela sobre papel.
36 cm. x 40 cm.

Cuenta la mitología clásica que Venus se enamoró de Adonis, un muchacho bellísimo pero sin mucha instrucción. Venus lo confió a Perséfone para que lo educase en su reino de las sombras, pero Perséfone no fue ajena a los encantos del adolescente, enamorándose de él, y no quiso devolvérselo a Venus, originando una disputa entre las dos diosas. Zeus intervino y decidió que Adonis pasaría una tercera parte del año con Perséfone, en el mundo de los muertos, otra parte con Venus y otra tercera parte solo. Pero Adonis no respetó el acuerdo y estuvo dos tercios del año con Venus. Enterado de esto Ares, dios de la guerra y eterno amante de Venus, la diosa más voluptuosa del Olimpo, enloquecido de celos, en una cacería arrojó contra Adonis un jabalí que le hirió mortalmente, cumpliéndose así la profecía de que moriría desangrado por la herida de un jabalí perseguido por sus perros.

Rubens representa el momento en que Adonis marcha de caza, Venus intenta retenerlo, y Cupido le coge la pierna para que no se vaya, pero sus ruegos son inútiles y Adonis morirá desangrado en brazos de Venus, que aunque acude en su auxilio no puede hacer nada por él. En su memoria convierte la sangre de su amado en la flor suculenta que conocemos como anémona, volviendo así el bello joven a formar parte del ciclo de la naturaleza. Llama la atención el tierno gesto de Adonis que con su mano derecha toca el muslo de Venus para tranquilizarla. Es fantástico cómo Rubens representa en esta obra maravillosa no sólo a Adonis, sino también su destino.

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