El cielo habitado. Fanes (siglo II a.C.)
Categorías del artículo: Horizontes pictóricos
En los inicios de nuestra cultura el hombre daba forma corporal a las estrellas y constelaciones, imaginando el cielo poblado de seres y dioses. Consecuencia de esta tradición son obras con una iconografía que mezcla realismo y abstracción, representando de forma naturalista los cuerpos pero no así el espacio que los envuelve.
Una de las más antiguas que hemos encontrado, del siglo II a.C. muestra a Fanes -deidad primigenia de la vida, nacido del huevo cósmico y creador del tiempo de los hombres- rodeado de las constelaciones con formas humanas y zoomórficas, en las que todavía hoy reconocemos a los signos zodiacales, colocadas en una banda formando una mandorla que simboliza el huevo cósmico o la esfera celeste.
Estos elementos iconográficos se han continuado representando desde entonces, por eso reconocemos los signos del Zodíaco en este antiguo bajorrelieve. Y también los encontramos en la Edad Media, tanto en la imaginería religiosa como cuando se pretendía ilustrar aspectos de la Creación Divina. Los monjes ilustradores de textos religiosos y pintores medievales mediante el color y el orden geométrico consiguieron dar una trascendencia simbólica a los habitantes del cielo como nunca se ha visto en la historia del arte.
En la miniatura realizada por el Beato Facundo como ilustración del Apocalipsis (1047) el Cosmos se ha convertido en el universo cristiano, el Cordero de Dios está en el círculo central, rodeado de seres divinos, todo ello envuelto en el círculo de las estrellas fijas sobre el que se sienta Dios y los ángeles, utilizando la misma composición gráfica del bajorrelieve griego.
En la fotografía de la bóveda del ábside de Sant Climent de Taüll vemos a Cristo en Majestad dentro de la mandorla y rodeado por bandas circulares que recuerdan los círculos de las esferas celestiales, en la primera de ellas, también dentro de círculos, están representados los evangelistas y sus emblemas.